Friday, May 20, 2011

Un tiempo nuevo para PÄR LINDH PROJECT


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Diez años después de su último disco de estudio y poco menos de tres años tras el fallecimiento de la vocalista Magdalena Hagberg, PÄR LINDH PROJECT vuelve al ruedo progresivo contemporáneo para seguir plasmando y explorando su sinfonismo retro fastuoso en base a la intensiva labor que el señor Pär Lindh hace con su arsenal de teclados: órganos, pianos de cola, sintetizadores análogos y un par de digitales, clavicordio, mellotrón, todos ellos tienen sus espacios para aportar notables coloridos a las composiciones que se articulan a través de cada una de las piezas del repertorio de este nuevo disco titulado “Time Mirror”. Aparte de un nuevo vocalista llamado Al Lewis (de registro tenor alto), también es de destacar la presencia del bajista William Kopecky en la concisa lista de colaboradores de Pär Lindh en esta fase de su proyecto: de hecho, Kopecky hace sentir su presencia de tal modo que sobresale por encima de la batería a la hora de armar las columnas vertebrales de los motivos melódicos y ambientes que conforman cada tema – cuatro en total.


El disco comienza con una proyección de ambiciones sinfónicas muy habituales en una inmensa mayoría de discos dedicados al género: una extensa suite, y en este caso, la suite lleva el mismo título del álbum y dura poco más de 17 minutos. Una fanfarria sintetizada - un tanto emparejada con la que realiza Emerson en el “In Concert” de ELP - abre el camino para un desarrollo melódico ágil y cálido que torna hacia ambientes wakemanianos. El registro tenor del vocalista Al Lewis se sitúa a medio camino entre Jon Anderson y Terry Luttrell (de STARCASTLE): así pues, el espíritu afín al legado yessiano se acrecienta, aunque PLP se cuida muy bien de mantener una sonoridad adecuada al sinfonismo retro de nuestros tiempos, por lo que tampoco está de más notar una afinidad con los mejores discos de GLASS HAMMER. Antes de llegar a la barrera del sexto minuto, volvemos a una parafernalia instrumental que incluye viajes de órgano Hammond y sintetizador (los cuales tienen más de la pomposidad contenida de un Jürgen Fritz que de la abiertamente florida de un Keith Emerson), así como un simpático solo de piano al estilo cabaretero. No faltan tampoco los aires barrocos a cargo sucesivamente del órgano de fuelles y el clavicordio eléctrico, ni tampoco algunos momentos marcados por una agilidad melódica efectiva al estilo de TRACE. Después de 7 minutos de variados repasos de modalidades articuladas para el lucimiento de Lindh, volvemos a una sección cantada donde la patente solemnidad del vocalista se condice perfectamente con el consistente boato que ha venido marcando el esquema instrumental. Tras el reprise de un anterior motivo centrado en el órgano Hammond, se arma la sección cantada (otro reprise, a su vez) destinada a signar el cierre de la suite, la cual ampliamente evidencia alusiones al estándar de las cantatas religiosas de Haendel. ‘Waltz Street’ se focaliza en un híbrido de frivolidad Triumvirat-Beatlesca (para las vivaces partes cantadas) y la solemnidad del TRACE del primer álbum (para el interludio dirigido por el órgano Hammond, demasiado breve en mi humilde opinión): el carácter de sátira social es evidente en esta amena canción que tampoco hubiera estado fuera de lugar en algunas de las secciones humorísticas que también hallamos en algunos discos del maestro Wakeman. El Sr. Lindh asume también el rol de baterista en esta canción.


Los siguientes 10 minutos del álbum están ocupados por ‘With Death Unreconciled’, pieza cuya orientación orquestal se impone desde los golpes de tímpano iniciales y el diálogo manierista entre el piano y el violín, para que luego el ensamble reunido, bajo la incansable e omnipotente de Lindh, desarrolle un efectivo ejercicio de rock barroco que nos suena a un campo intermedio entre TRACE y el Wakeman de álbumes como “Sir John” y “Out There”. La imponente aureola lírica en curso y la importante presencia de momentos irrefrenablemente ceremoniosos generan tremendos niveles de parentesco con ‘Time Mirror’, no como un hermano mellizo, pero sí como un hermano menor que se le parece mucho. La serie de solos y motivos que tiene lugar a partir de pasada la barrera de los 7’30” es un deleite para el perpetuo amante del sinfonismo wakemaniano-fritziano-vanderlindeniano-emersoniano. Para esta canción, el vocalista fue también el baterista de turno. El último tema del disco es el instrumental ‘Sky Door’, el cual ofrece por única vez una prioridad para el desarrollo de momentos musicales motivadores de relax mental y serenidad espiritual. La pieza comienza sobre la base de un contenido compás rock-funky, afín a varios pasajes del clásico wakemaniano “Journey To The Center Of The Earth”, lo cual permite a Lindh explayarse en solos de sintetizador marcados por el realce de atmósferas evocativas y un realce del lirismo. El swing del bajista William Kopecky (tan virtuoso como inteligente) resulta fundamental para el armado integral de este viaje musical, pues su instrumento sujeto a recursos de distorsión se permite destacar como un efectivo lugarteniente para los teclados del “dueño del circo”; de hecho, hay un interludio donde la batería se detiene y Kopecky elabora un bien armado solo sobre las capas cósmicas del teclado, logrando así reformular el aura relajada que Lindh había iniciado. Al volver la batería a su función original, Lindh retoma su posición de líder y hace que sus solos y bases armónicas se destaquen más que en el primer momento, llegando así hasta el final con un plena exhibición de soltura.

Atrás quedó la prestancia majestuosamente inquieta de “Gothic Impressions” así como la gracilidad intensamente magnificente de “Mundus Incompertus”, por lo que “Time Mirror” no sale ganando en las comparaciones con los primeros registros de PÄR LINDH PROJECT, los habitualmente más celebrados – con todo, no hay nada que desmerecer a “Time Mirror”, que es un catálogo de ideas excitantes y llamativas dentro del inmortal parámetro del rock sinfónico centrado en los teclados. Pär Lindh y sus secuaces del momento han vuelto al ruedo progresivo con todas las ganas del mundo.


Muestras de "Time Mirror".-
With Death Unreconciled: http://www.youtube.com/watch?v=ym9qRwQeCeI
Sky Door: http://www.youtube.com/watch?v=12GI7hB9Cvc


[Un muy especial agradecimiento a mi hermano progresivo Joal Paiva, a quien dedico esta reseña por haberla hecho posible]

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