Wednesday, March 24, 2010

DREAM THEATER y BIGELF - monumental conmoción rockera en Lima


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

La noche de DREAM THEATER y BIGELF en la Explanada del Estadio Monumental de Lima fue brutal, intensa, apasionada e impactante. Se trataba de la primera vez que DREAM THEATER y sus ilustres teloneros de turno venían a escenarios limeños: la atracción principal era, por supuesto, el quinteto formado en los pasillos de la Berklee College of Music y que hoy por hoy, desde hace poco menos de 20 años, reina como monarca supremo del género prog-metal. El 22 de marzo era el día signado por el destino para que James laBrie, John Petrucci, John Myung, Jordan Rudess y Mike Portnoy tuvieran una cita con la comunidad rockera peruana… bajo cielos peruanos.

Comencemos con los teloneros. Teniendo en cuenta que DREAM THEATER iba a comenzar su actuación a eso de las 9.30 PM si no más tarde, era razonable que BIGELF iniciara su actuación a poco de pasadas las 8.00 PM. Este grupo formado en Los Angeles encarna un enérgico eslabón perdido entre URIAH HEEP y BLACK SABBATH a través de filtros de DEEP PURPLE, además de los estándares de la psicodelia heavy clásica de fines de los 60s. El uso extensivo de wah-wah y flanger en la guitarra y la presencia exclusiva del Hammond y el mellotron en el arsenal del cantante-teclista son pautas infaltables en el vigoroso sonido retro que esta banda enarbola como innegociable propuesta musical. En un espacio de casi 50 minutos, se generó una química inapelable entre el grupo y el público que recién se conocían en el transcurso del momento. Si en el tema con el cual abrieron su intervención lograron llamar la atención de manera plena, el grupo se ganó decisivamente al público con los temas que siguieron, ‘Money Machine’ y ‘Neurosychopathic Eye’. ‘Blackball’ y ‘Painkillers’ también llenaron de polenta el ambiente, siendo así que el nombre del grupo era coreado en varios momentos por el respetable. Un momento particularmente emocionante fue cuando el frontman Damon Fox dedicó el tema ‘Disappear’ a la memoria de Andy Butler-Jones, quien fuera anterior guitarrista de la banda. En fin, cuando el grupo dejó la escena deshaciéndose en emocionados agradecimientos para con la gente, estaba claro que BIGELF dejaba un gran recuerdo en las retinas y mentes de los asistentes más puntuales.

... ¿Y QUÉ CON DREAM THEAER? ¡¡¡GENIALES!!! Su derroche de virtuosismo se complementaba perfectamente con su nervio para extenderse a veces en jams, y sobre todo, el ingenio musical y el feeling de los cuales siempre han hecho gala pero que no se suele mencionar tan recurrentemente como su destreza técnica. Su actuación, que comenzó poco antes de las 9.45 PM, resultó intensa incluso desde antes de tocar la primera nota. La pista de un pasaje orquestal que emergió mientras se apagaban las luces y bajaba lentamente el telón y la subsiguiente secuencia de tormenta y rayos anticipaban furiosamente el arribo de la monumental pieza ‘A nightmare to remember’, que abre el más reciente disco de la banda “Black Clouds & Silver Linings”. El grupo instaló su incombustible vitalidad en total armonía con el entusiasmo explícito de un público que ya estaba entregado desde horas, días y semanas antes de la realización fáctica de este evento, entregado a la arrolladora magia de los solos de Petrucci y Rudess, el carisma escénico de un dinámico LaBrie, el vigor avasallador de un Portnoy que se luce en su nutridísima batería de tres bombos mientras gesticula y ocasionalmente gruñe, la potente y rica base que aporta un impecable Myung. Todos estos elementos individuales saben brillar por sí solos mientras que el bloque entero derrocha su grandeza sin dejar una sola gota de creatividad en el tintero. De todo esto podía percatarse el neófito que había asistido a ver a la banda “a ver qué pasa”… pero lo que pasa no es un misterio para quienes han seguido a esta banda por años. Valiéndose de la comunicación virtual a través de las pantallas, Portnoy saludó al público antes de iniciar su sección de “growling” – desde ese momento, el genial baterista asumió su rol de co-animador con la complicidad del público.

‘A rite of passage’ prolongó esa infaltable combinación de fastuosidad, electricidad y buenas vibraciones que el grupo brinda en proporciones épicas en cada una de sus piezas fuertes. Justo en este momento, Rudess ya ha exhibido su Continuum y su Ipod Touch. No será la última vez, por cierto. Una versión extendida de ‘Hollow years’ brinda el primer momento de melancolía y romanticismo de la noche – el solo introductorio de Petrucci, que incluía un pasaje del tema central de la película "La Lista de Schindler", generaba un poder emotivo contagioso, siendo así que el público se hizo debido eco de esa sensación. Recién al finalizar este tema, cuando ya llevábamos un poco más de ½ hora de concierto, LaBrie se dio abasto para saludar a los asistentes. Era hora de continuar con la faceta más explícitamente filuda de la banda, y ‘Constant motion’ era la canción adecuada para mostrar este frenético temperamento: una vez más, Petrucci se adueñó de la ciudad con sus férreos riffs y exaltados solos, excesivos y a la vez tremendamente musicales. El delirio de este momentum viró hacia niveles cósmicos con el solo múltiple de Rudess, y con múltiple me refiero a sus acciones exploratorias con su keytar, Continuum y Ipod Touch, antes de pasar a concentrarse en su teclado. Un momento entrañable y humorístico llegó justamente cuando en la pantalla se reflejaba una caricatura de Rudess en una guisa de Merlín psicodélico – este genio forjado en las aulas de Julliard exhibe su chiva blanca del mismo modo que Rick Wakeman exhibía su lacia melena blonda y capas de mago. ¿Qué mejor manera de cerrar el solo que con el inicio de un instrumental tan fabuloso como ‘Erotomania’? Pues bien, eso fue lo que sucedió, y ciertamente la reacción inmediata del público confirma por enésima que la etapa 1989-94 sigue siendo de especial devoción para los seguidores de la banda. Rudess se ciñó al libreto respetando las ideas básicas que Kevin Moore aportó a la versión oficial de estudio. Quien no lo hizo fue Portnoy, pues él interrumpió un pasaje para jugar con el público, aprovechando la magia de la imagen engrandecida en la pantalla – se nota que este grupo gusta, ante todo, de divertirse, de no tomarse a sí mismo demasiado en serio a pesar de que su repertorio está anclado en la necesidad de insuflar inteligencia al rock de nuestros días. Aunque no fue tocado en su totalidad, ‘Voices’ supuso una bien lograda continuidad de la vibración establecida en ‘Erotomania’: justamente se recordará su sección introductoria como uno de esos momentos en los que el bajo de Myung logró sobresalir con luz propia a través de una mezcla de sonido que habitualmente daba prioridad a los instrumentos de sus tres compañeros de viaje.

Tras la sensación de inconsolable neurosis que destila una canción tan intensamente amargada como ‘Voices’, llegaron los primeros acordes de piano en un compás lento de ¾ para el arribo de ‘The spirit carries on’, power-ballad de inspiración góspel que viraba la atmósfera emocional hacia unas sensaciones más relajantes, movidas por una serena celebración de la inmortalidad y transmigración del alma. No me cabe duda de que esta pieza dio pie para el mejor momento de LaBrie como comunicador e intérprete, fungiendo como arcángel de palpitaciones conmovedoras en los corazones y mentes de los asistentes. También sirvió para que Petrucci volviera a adueñarse a su antojo del rol protagónico sobre el escenario. En esta secuencia de contrastes, las ideas cósmicas de ‘The spirit carries on’ fueron ipso facto sucedidas por la electrizante manifestación de autoafirmación de ‘As I am’, un tema aguerrido y voraz – la entrada signada por el efecto en reversa del eco de una nota de piano y las armonías de bajo de Myung abrieron la puerta a un nuevo vendaval de furia inteligente. Como DREAM THEATER sabe que su segundo disco “Images And Words” es una piedra angular de su historia viviente, no debía faltar una muestra del mismo en esta presentación primeriza: es así que el medley de ‘Pull me under’ (hasta el segundo estribillo) y ‘Metropolis, Part 1’ salió a colación para encuadrar a lo grande la primera despedida de la banda. Como ya sucedió en muchísimos conciertos anteriores, Petrucci y Rudess se enfrascaron alegremente en un duelo guitarra vs. keytar inmediatamente después del pasaje solista de Myung (dicho sea de paso, fue el momento en que más se dispararon las ovaciones para con este supremo maestro de obras del sonido DT). Por supuesto, ‘Peruvian skies’ fue reclamado por el público en varios momentos del concierto, y dado que el grupo abandonaba el escenario, los reclamos se intensificaron… y vaya si el golpe de efecto dio resultados, pues al volver al escenario y ponerse a tocar esta canción, el público asumió el rol de apoyo vocal con un compromiso total. Al finalizar la canción, la explosión de júbilo fue explosiva hasta niveles tremendos y terribles, pero aún quedaban unos 20 minutos más para que la jornada llegara a su fin, y sería el tema épico ‘The Count of Tuscany’ el que estuviera a cargo de ocupar todo ese espacio. Tratándose de una pieza fastuosa al más puro y entrañable estilo DT, su carácter místico apoyado en su esquema extremadamente articulado lo convertía en un ideal broche de oro progresivo. Siempre recurriendo a exhibiciones de destreza y colorido excesivo, el asunto es que ‘The Count of Tuscany’ desarrolla una musicalidad única, distribuida a través de sus variados motivos en una arquitectura bien nivelada e implementada a punta de fineza performativa. Rizando el rizo de las influencias de RUSH, YES, METALLICA, IRON MAIDEN, KANSAS y PINK FLOYD sin perder la frescura ni el ingenio, la pieza se sostiene cabalmente sobre los riffs y bases de turno sobre los recovecos rítmicos. Una vez que llegamos al interludio etéreo donde las notas de la guitarra flotan cuales destellos de nebulosa, nos preparamos para recibir el epílogo que nos canta una despedida cortés y emocionada – “Cuéntales de mí, soy el Conde de Toscana”… pues bien, eso estoy haciendo ahora, contar la historia de DREAM THEATER (y BIGELF) en su primera aventura peruana.

Resumiendo, el setlist fue.-

A nightmare to remember
A rite of passage
Solo de Petrucci / Hollow years
Constant motion
Solo múltiple de Rudess / Erotomania / Voices
The spirit carries on
As I am
Pull me under / Metropolis, Part 1 (inc. duelo Petrucci-Rudess)

Encore:
Peruvian skies
The Count of Tuscany


En total, fueron poco menos de 2 horas y 10 minutos de colorido musical en manos de una de las bandas más importantes de la actual avanzada progresiva y, definitivamente, la puntera de la escena prog metal mundial.

Aquí podemos ver al grupo ofreciendo su tema ‘Peruvian skies’, naturalmente obligado para la ocasión - http://www.youtube.com/watch?v=bllywfnXZLA


Por haber instalado todo un hito en la historia de los conciertos de rock en escenarios limeños… ¡¡GRACIAS POR EL SHOW, BIGELF Y DREAM THEATER!!

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