Monday, October 17, 2016

SINAGOGA ZEN: presencia de sangre joven en las venas del rock progresivo brasileño


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la ocasión de presentar al grupo brasileño SINAGOGA ZEN y a su homónimo disco de debut, publicado en el año 2014. Este grupo asentado en la localidad de Beto Gonçalves (Rio Grande do Sul) se originó en el 2001 con la meta de que sus diversos integrantes originales trajeran consigo sus bagajes y experiencias individuales en el jazz el barroco, la cámara modernista, la fusión folclórica, y cómo no, el rock. Diseñado para hacer, al fin y al cabo, rock progresivo, el ensamble de SINAGOGA ZEN se empapó de influencias de la vieja escuela mientras recibía el impacto de propuestas  contemporáneas mientras maduraba la ingeniería esencial de su estilo propio. A través de los años, la alineación aumentaba y variaba, llegando incluso a contar en algún momento a contar con tres vocalistas, dos bateristas y dos guitarristas… ¡qué tremenda ocurrencia! La alineación ya estable que se encargó de grabar “Sinagoga Zen” consta de Alison Seben [batería, percusiones], Felipe C. Taborda [guitarras eléctrica, acústicas de 6 y 12 cuerdas, bajo ocasional], Giulia F. Dall’oglio [canto], Rafael Vignatti [teclados, piano] y Wilian M. Baldasso [bajo, guitarras acústica y eléctrica ocasional, violín]. Con el patrocinio del Fundo Municipal de Cultura de Beto Gonçalves y el apoyo dl Conselho Municipal de Política Cultural, el grupo logró completar fehacientemente la producción y edición finales de este disco en el año 2014, y ahora nos toca repasar el repertorio contenido en él.


El repertorio se inicia con la extensa suite ‘Mudança Dos Tempos’, la cual se extiende más allá de los 20 minutos de duración: una manera muy osada de dar inicio al repertorio, sin duda. El prólogo consiste en una armazón de densas capas de sintetizador que emulan a un mellotrón, preparando el terreno para que el primer cuerpo instrumental irrumpa con un vigor rotundo. La fastuosidad inherente a las diversas ideas melódicas que se van hilando a lo largo del camino y la meticulosa estilización con que se registran los múltiples arreglos instrumentales establecen nexos claros con la vitalista añoranza sinfónica bajo la que se encuadran bandas compatriotas como QUATERNA RÉQUIEM y TEMPUS FUGIT, y también con otras bandas foráneas como IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE y THIEVES’ KITCHEN. La alusión a este último punto de referencia cobra especial sentido en relación con el empleo de algunos grooves jazz-rockeros por parte de la dupla rítmica. La sección dominada por el violín es notable por su empleo tan exquisito de la vitalidad rockera en curso – un poco a lo CURVED AIR –, con lo cual completa el espíritu iniciado por el solo de piano precedente. En algún momento después de superada la barrera de los 14 ½ minutos emerge un interesante interludio polícromo a lo GENTLE GIANT: ¡qué pena que sea tan breve! El último pasaje cantado de ‘Mudança Dos Tempos’ nos lleva al muy popular terreno del paradigma Genesiano con elementos de la inmortal tradición sudamericana: lirismo en estado puro alimentado por una magnificencia renovadora. Tras esta maratón progresiva de tan ambiciosa envergadura, ‘2014’ emerge para articular y desarrollar una juguetona gracilidad rockera que nos remite por partes iguales a los paradigmas de BACAMARTE y al modelo del CAMEL de la etapa 74-76. Las capas de guitarras acústicas que complementan a las bases y las florituras de los teclados construyen con la colorida base rítmica el swing adecuado para la ocasión.

Con ‘Presença’ llegamos al ecuador del repertorio y con ello se nos brinda una óptica más jazzera dentro de la variopinta visión progresiva del grupo. Ya desde la introducción notamos un cierto apego a los paradigmas de HATFIELD & THE NORTH y de CARAVAN, aunque de hecho también hay intensos antecedentes de amistad con los estándares del jazz en la misma tradición progresiva brasileña (TERRENO BALDIO y SOM NOSSO DE CADA DIA). Recapitulando y capitalizando los aspectos más rotundos de la canción precedente, ‘Presença’ genuinamente llega a instaurar un cénit decisivo del álbum. La vitalidad de esta pieza es de claro talante primaveral, mientras que la que resuena en la siguiente canción, ‘Abdu Pensante’, se expresa dentro de un esquema de trabajo más sofisticado, elaborando fluidos contrastes entre pasajes reposados y extrovertidos: mientras tanto, queda claro que el grupo se dedica a  preservar el aspecto jazzero de ‘Presença’ y a seguir ahondando en la claridad melódica que sistemáticamente ha estado guiando y desplegando la continua inspiración melódica, y así gozamos de la sensación de un cénit musical que se va perpetuando con solvencia y frescura. Durando poco menos de 10 ¾ minutos, ‘Instante De Velejar’ cierra el disco con una disposición para retomar la estrategia de discursos polivalentes y caleidoscópicos que tan buenos resultados había dado en la suite inicial, con una convincente prestancia para cosechar una siembra igual de disfrutable. Pero ante todo, ‘Instante De Velejar’ luce sus propias características peculiares, como es el hecho de que el aspecto fusionesco aparezca de forma más pronunciada en medio de toda la versatilidad melódica en el desarrollo de la pieza. También es de notar que hay más espacio para el explayamiento de momentos melancólicos y lánguidos: es en algunos de estos momentos que los sobrios fraseos solistas de la guitarra suenan bien Floydianas, mientras que en otros el asunto se orienta hacia el candor pastoral de inspiración folklórica (especialmente como el GENESIS de la etapa 70-71). El epílogo traduce todo esto a una ceremoniosidad envolvente que recoge el aspecto épico de la esencia del prog sinfónico latinoamericano (y también el italiano): eso sí, creemos que su efectivo dramatismo pudo ser más explotado de haber tenido una duración mayor... pero como sea, el cierre ostenta una innegable belleza.


Todo esto fue “Sinagoga Zen”, un disco enérgico y bello que pone a su quinteto gestor en un lugar altivo y señorial dentro de las ligas de las más brillantes promesas de la nueva generación del rock progresivo sudamericano. No sabemos qué nos depara el destino pero los horizontes artísticos hacia los que se proyectan los SINAGOGA ZEN portan una presencia muy luminosa: por lo pronto, esta carta de presentación nos ha dejado muy impresionados. ¡Recomendado al 100%!


Muestras de “Sinagoga Zen”.-


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