Thursday, May 05, 2016

ZONDA PROJECKT: el viento eterno del rock progresivo mendocino



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la maravillosa ocasión de hacer un repaso de la obra de ZONDA PROJECKT, banda argentina que ya no existe pero cuya presencia en tiempos pasados supuso uno de los máximos puntos de referencia para la avanzada progresiva argentina de los dos últimos decenios. Exactamente, ZONDA PROJECKT se formó en el preámbulo al nuevo milenio bajo las iniciativas conjuntas del bajista Erni Vidal, el guitarrista Mario Mátar y el baterista Tuti Vega, todos ellos veteranos por su cuenta dentro de la vanguardia local de Mendoza (de hecho, Mátar fue miembro estable de ALTABLANCA, el referente mendocino de la primera escuela del rock progresivo argentino). Tal vez acertaba Luis Abrego cuando dijo en enero del año 2002 que ZONDA PROJECKT no era tanto una banda como “un soplo de sensaciones que nacen en la música y nadie puede aventurar dónde termina: en la agitada válvula del furor, o en la más tierna hendija del efecto placebo.” Añade que es “una experiencia progresiva tramposa, eléctrica y precisa, pero también exquisitamente bastarda” que suena “glamorosa pero sobria, sensitiva e ideológicamente atada a la historia, pero contemporánea en sus acordes.” Nos parece que esto no puede mejorarse de ninguna manera, así que mejor empezamos a detallar las características específicas del álbum “EL Llanto Secreto De La Luna”, el único disco de estudio que llegó a registrar la banda bajo producción independiente en el año 2002, siendo dichosamente reeditada y ampliada por el sello Viajero Inmóvil a fines del 2015. La bella portada del disco reproduce un cuadro del pintor local Carlos Sisinni titulado Crecer II, y ciertamente el repertorio de este álbum es el testimonio de un crecimiento sólido.


Tal como dijimos antes, el trío nuclear de ZONDA PROJECKT constaba de Mario Mátar [guitarras, guitarra-sintetizador y teclados], Erni Vidal [bajos de 4 y 5 cuerdas, teclados y Chapman Stick] y Tuti Vega [batería y percusiones acústicas y electrónicas]. Para la grabación del repertorio de “EL Llanto Secreto De La Luna”, a veces el guitarrista Sebastián Rivas ocupaba el lugar de Mátar. Yendo a los detalles del disco en sí, nos topamos en primer lugar con la pieza de poco menos de 6 ¼ minutos ‘Aquí Y Ahora’ (que contiene las secciones sucesivamente tituladas ‘Darshan’ y ‘Enero En La Siesta’): impone de entrada una frontal exhibición de majestuosidad progresiva, con armazones guitarreras ben delineadas, unas capas de sintetizador y una arquitectura rítmica que se entrelazan dentro de una ingeniería musical tan luminosa como sobria. Parece mentira que pueda existir un híbrido entre el KING CRIMSON 80ero y el paradigma de HAPPY THE MAN, pero en efecto, eso es lo que advertimos con suma admiración cuando hacemos un balance general de la gozada sónica que nos brinda ‘Aquí y Ahora’. Casi durando la mismo, la pieza homónima sigue a continuación para seguir ahondando en el exorcismo de los espíritus Crimsonianos que usualmente pululan en la elaboración de la línea de trabajo de ZONDA PROJECKT, pero esta vez hay un acento jazz-rockero más pleno: este acento se focaliza en el aspecto fusionesco, el cual revela todo su candor a través de toda la parafernalia electrónica empleada aquí. Podemos advertir ciertas confluencias con la labor solista de TREY GUNN, es por aquí que lo Crimsoniano se filtra en el esquema grupal. El momento de ‘Jai-Alai’ es uno de lirismo envolvente y etéreo, claramente encuadrado dentro de un lenguaje musical donde confluyen la fusión y el sinfonismo en su versión más cálida (estamos pensando en el paradigma de CAMEL respecto a este último punto). El foco melódico de la guitarra es simplemente irresistible con su encanto evocativo que se impone sin un ápice de rudeza. Las cosas vuelven un poco al sendero de la intensidad expresiva con ‘El Equilibrio’, aunque en cierto punto esta pieza hereda la sobriedad contemplativa de ‘Jai-Alai’: en todo caso, la instauración del desarrollo melódico de los guitarreos ostenta una musculatura más vitalista mientras que la dupla rítmica gesta un swing más llamativo. Podemos describir aproximadamente a esta pieza como una cruza entre PINK FLOYD y SPINETTA-JADE, sin pasar por alto esos matices de gentil colorido jazzero a lo PAT METHENY.

    

Pero estamos dejando atrás a la maratoniana composición ‘Los Tres Pelos Del Diablo’, la cual se prolonga por una duración de más de 19 minutos y que sucede a ‘El Equilibrio’ en el repertorio de este álbum. Las cinco secciones que conforman a esta ambiciosa suite se titulan respectivamente ‘Preludio: Talismán’, ‘Guardián De Los Sueños’, ‘La Dama Del Lago’, ‘Desiertos Del Alma’ y ‘Final: El Camino Del Guerrero’. En realidad, lo que hay aquí no es una ilación de secciones diversas que enfatizan sus contrastes mutuos, sino un continuum en el que se conjugan sutiles desarrollos melódicos y atmósferas serenas. A través de la consistente sobriedad exhibida por los músicos, el bloque instrumental se siente particularmente vigoroso merced a la presencia conjunta de los dos guitarristas Mátar y Rivas. Tras un breve momento de calma que se inicia poco antes de la frontera del décimo minuto y medio, el cuarteto en funciones se prepara para elaborar un imparable clímax conclusivo para los últimos cinco minutos de la suite. Lo que viene después está signado por la interesante dupla de ‘Luz De Inocencia’ y ‘El Vigía De La Tormenta’: ambos temas tienen en común el encuadrarse bajo una clave minimalista dentro de una armazón modernista electrónica, lo cual permite a ZONDA PROJECKT explorar las potencialidades del aspecto cósmico del estándar progresivo. La peculiaridad de ‘Luz De Inocencia’ es que goza de un lirismo sereno de inspiración fusionesca, mientras que ‘El Vigía De La Tormenta’ se mete más de lleno en el dialecto space-rockero con fuerte raigambre cibernética. En medio de estos dos temas se sitúa la bella composición ‘Cuando El Ángel Sonrió’, una pieza netamente sinfónica que nos vuelve a remitir al modelo de CAMEL con algunas alusiones adicionales al modelo de los discos solistas de STEVE HOWE (en su faceta eléctrica): el núcleo temático de la guitarra se impone con una fuerza elegante mientras la dupla rítmica construye un jovial swing con suprema pulcritud. El repertorio oficial de este disco se cierra con ‘Crimsónika’, un robusto ejercicio de estilizadas asperezas Crimsonianas al estilo de la etapa 73-74: los parcos 3 minutos del espacio concedido a esta pieza que ostentan un gancho tan imponente pasan literalmente volando.


La primera edición de “El Llanto Secreto De La Luna” traía tres bonus tracks – algo de por sí raro para un álbum de debut – que se titulan ‘Triste Azul Nocturno’, ‘La Jirafa En Llamas’ y ‘El Llanto Secreto De La Luna (Coda)’, respectivamente. El primero de estos temas se centra en un esquema jazz-rockero con matices blueseros que irrumpen convincentemente en el camino: la guitarra de Rivas impone su robustez con impoluta solvencia. El segundo consta de las secciones ‘Zonda (Llamas En El Viento)’ y ‘Las Estrellas Nos Verán’: comienza con un preludio de batería programada y efectos sintetizados de percusiones tonales, para que luego el cuerpo central se imponga con un groove muy marchoso, sólidamente instalado a medio camino entre el jazz-rock y el sinfonismo. Vale destacar el ingenioso solo de bajo que entra a tallar cerca del final. En fin, la coda de ‘El Llanto Secreto De La Luna’ consiste en una miniatura de capas de teclado y guitarra sintetizada. Aparte del gran beneficio de una nueva mezcla de sonido, la gran novedad en esta reedición de “El Llanto Secreto De La Luna” está en la inclusión de un cuarto bonus track: ‘Venas De Oro’. Dura cerca de 7 minutos y al igual que ‘La Jirafa En Llamas’, procede de un registro en vivo, pero tiene la particularidad de contar con voz: el teclista Ricardo Marino se encarga del canto mientras aborda también el sintetizador Roland XP. La pieza también se beneficia de los aportes del violinista Rodolfo Castagnolo y el cellista Edgardo Guerra, cuyos instrumentos añaden texturas relevantes a las que ya brindan el piano y la guitarra. El talante fusionesco de la idea musical sirve muy bien a la poética letra, la cual resuena como el retrato de un paisaje interior que pugna por mostrarse libremente en el orden del mundo.


A poco de publicarse el disco “El Llanto Secreto De La Luna” se unió al grupo el teclista Gabriel Correa para que se convirtiera en un cuarteto con un sonido más lleno en los conciertos, y de paso, componer nuevo material. Mientras avanzaba el tiempo, Leo Costa entró en reemplazo de Correa, y unos años más tarde, el grupo pasó a ser quinteto cuando el departamento de teclados se ampliaba con un integrante más, Andrés Merino (hijo del antes mencionado Ricrado Marino y actualmente en SALES DE BAÑO). También a veces actuaba con ellos el flautista Alejandro Merengoni o el violinista Rodolfo Catagnolo como invitados. La maquinaria creativa de los ZONDA PROJECKT seguía produciendo nuevas piezas mientras daba una vida renovada al repertorio de “El Llanto Secreto De La Luna”, pero también tuvieron lugar ciertas dificultades que complicaban la posibilidad de concretar el disco de estudio sucesor de aquél. La más grave circunstancia adversa se dio con la enfermedad de Mátar, y mientras las cosas seguían y seguían atrapadas en un punto muerto, este colectivo mendocino de lujo no tuvo más remedio que decretar su disolución definitiva. Y eso que el grupo pudo dar una nueva bocanada de aire con los ingresos respectivos del guitarrista Federico Prieto y el teclista Sebastián Scala... pero el diseño cósmico del Dios Destino tenía marcada en su agenda la fecha de expiración de ZONDA PROJECKT. Un momento muy triste y muy frustrante para la vanguardia progresiva argentina, pero menos mal que no fue lo último que se dio en su mundo musical. Resulta que el sello Viajero Inmóvil publicó a fines del 2015 una selección de piezas en vivo tomadas de diferentes conciertos a lo largo de varios años, incluyendo temas donde tocan Correa, por un lado, y la dupla de Costa y Marino, por el otro: el título de este ítem valioso que bien puede interpretarse y disfrutarse como un testamento dorado de ZONDA PROJECKT es “Viento De Toda La Vida”. Vaya una mención especial para el mágico y misterioso dibujo de la artista local Magali Torres que se utilizó en la portada, alusivo al inevitable impacto que tiene el viento en la forja de la vida y el destino de los seres humanos.


El catálogo de “Viento De Toda La Vida” comienza justamente con la pieza homónima, la misma que ostenta una vitalidad contagiosa y fulgurante. Encuadrándose bajo las coordenadas del jazz-rock melódico y abrigando inconfundibles aires avant-tangueros en su desarrollo temático, el tema revela un colorido imponente en el que los teclados parecen llevar la voz cantante del entramado instrumental global. Luego sigue ‘Perfume’, composición de Vidal que se dedica a explorar la faceta etérea del grupo dentro de una ingeniería progresiva sólida donde las orquestaciones de los teclados y los sobrios fraseos de la guitarra gestan una magia irresistiblemente atractiva. El swing creado por la dupla rítmica de Vidal y Vega, ágil y sofisticado a la vez, nos recuerda al que era habitual en el sonido de CAMEL en la época entre el “Moonmadness” y el “Rain Dances”. ‘Miedo Al Silencio’ es una de las composiciones más notables de ZONDA PROJECKT tras el periodo de su álbum “El Llanto Secreto De La Luna”, y por eso no podía faltar aquí. Esta pieza cuenta con un primer jam marcado por un groove sigiloso en 5/4, imponiendo una aureola misteriosa. Una vez investigado meticulosamente este groove, la banda gira hacia un dinamismo más resuelto mientras preserva el mismo tempo, iniciando así la inserta ‘Improv.: Quintanilla 1’: la luminosidad latente se expande y la dupla rítmica se abre paso para salir al frente del bloque instrumental mientras los sucesivos solos de guitarra y de sintetizador redondean majestuosamente el punche expansivo con el que se alimenta el jam. Hace un rato que mencionamos al disco de estudio del año 2002 y se hace presente con la dupla de ‘El Equilibrio’ y la pieza homónima: el primero de estos temas se explaya en su lirismo esencial, siendo así que la presencia de los teclados motiva una ingeniosa capitalización del mismo; por su parte, ‘El Llanto Secreto De La Luna’ nos regala un esplendor etéreo cuyo filo expresivo se sustenta en la refinada traducción de lo ensoñador al lenguaje progresivo… y se añade un estupendo solo de piano muy a lo fusionesco cerca del final. Definitivamente, es en estos casos que advertimos con total claridad la importancia de los elementos sonoros nuevos que vienen con el formato de quinteto.

  

Como la gente de ZONDA PROJECKT no pude con su genio, nos brinda acto seguido una versión reducida del clásico Crimsoniano ‘Frame By Frame’, insertándole el jam ‘Improv.: Quintanilla 2’. Bueno, más bien parece que el jam instaura el cuerpo central mientras que la cita de KING CRIMSON es tan solo un prólogo prestado. El jam en cuestión se mete en territorio space-rockero sembrado por la estilización propia de la tradición sinfónica para cosechar un esquema sonoro meticulosamente refinado: es en el bajo de Vidal que todavía se nota la impronta Crimsoniana (al estilo de la época 73-74). ‘Luz De Inocencia’ es otra pieza del álbum de estudio que hace acto de presencia aquí, y cómo no, se beneficia de una sonoridad más llena y oportunos ornamentos adicionales de teclado. La coda con el motif inicial del clásico de MIKE OLDFIELD ‘Tubular Bells’ es un detalle simpático. ‘La Naranja Violeta’ trabaja con un esquema blues-rockero, robusto y enérgico, incluyendo además una breve cita del clásico de EMERSON, LAKE & PALMER ‘Trilogy’. Si esta pieza en particular nos parece reminiscente del paradigma de JEFF BECK, pues a continuación sigue una composición de este mismo señor: ‘Scatterbrain’, una de las piezas más celebradas del álbum “Blow By Blow’. Nos vamos acercando al final de este catálogo cuando nos complacemos en disfrutar de ‘Dynamo’ y ‘Lucy & Los Hijos De Marte’, sucesivamente, una dupla ideal para visualizar el mar de eclecticismo a través del cual navega cómodamente la tripulación de ZONDA PROJECKT. ‘Dynamo’ ostenta una masivamente extrovertida vibración rockera, la misma que viene dirigida por unos guitarreos siente genuinamente fieros, un poco al modo de TRIBAL TECH. ‘Lucy & Los Hijos De Marte’ establece un híbrido de lo psicodélico y estándares jazz-rockeros sobre la base de un grácil compás en 7/8, lo cual se traduce en un exquisito viaje jazz-progresivo en el que lo cálido y lo suntuoso conviven en impoluta armonía. Durando 6 ¼ minutos, ‘Cicatriz’ nos trae el epílogo de “Viento De Toda La Vida” y lo hace elaborando un intenso colorido sinfónico que bebe de los paradigmas de CAMEL, HAPPY THE MAN y el GENESIS 76-77, logrando crear algo propio y con una luminosidad muy personal. La voluptuosidad del pasaje final gesta un clímax concluyente tremendamente efectivo para impactarnos como un cierre de telón en el cual la tela choca autoritariamente contra el suelo.


Cerramos esta retrospectiva con las siguientes palabras de Fernando G. Toledo: “Quien haya  sentido dentro de sí fluir la música de Zonda Projeckt se sentirá partícipe de ese instante suspendido. Y querrá repetirlo o sucederlo de otros instantes que manen de la misma fuente sonora. […] Nadie ceda a la tentación de decir que hay algo aquí que se rinde a las malas influencias del pasado o el futuro. Que nadie se pregunte por lo que fue o será: la música que nos deja. Que es Zonda Projeckt, se conjuga siempre en tiempo presente. Nunca pasa, siempre coree. Igual a como sopla un viento de toda la vida.”


Muestras de ZONDA PROJECKT.-


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