Tuesday, May 03, 2016

MELCHAKA: magia ágil y dislocada del jazz-fusión uruguayo actual


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca presentar al cuarteto uruguayo MELCHAKA, una de las presencias más notables de la movida jazz-fusionesca sudamericana en los últimos años. Formado en la ciudad de Montevideo el año 2004 bajo la iniciativa de Martín Ibarra [guitarras y voz] y Marcos Expósito [contrabajo y voz], al poco tiempo se les unió Juan Ibarra [batería y voz], y más adelante, Emiliano Pereira [saxos alto y soprano, y clarinete]; el grupo ha forjado un repertorio poderoso y una gran unidad artística durante estos años que ha estado tocando en escenarios nacionales así como argentinos y brasileños. El resultado de estos años de trabajo creativo se tradujo finalmente en su disco de debut “Cando Des’ Loco”, grabado en diciembre del 2014, siendo publicado en el primer trimestre del 2015 por vía del sello Perro Andaluz. Tenemos aquí a un grupo joven pero, a la vez (y sobre todo) veterano que ostenta una personalidad musical bien cuajada. Un rasgo muy peculiar de su ideología estética es que ellos consideran que sus composiciones siguen la lógica de la canción a pesar de que sean mayormente de estructura instrumental (ver las entrevistas en estos dos enlaces: https://www.youtube.com/watch?v=-Qj3H9m9bcg + https://www.youtube.com/watch?v=mKbb5OXE8kA): queda claro con esta declaración que lo lírico es un factor esencial e inmenso para armar las bases de los diversos esquemas sónicos que manejan en su repertorio. El elemento predominante en el flujo de las ideas musicales de “Cando Des’ Loco” es el candombe, instancia del folklore afro-uruguayo, y en general hay un ahínco en la herencia de la fusión moderna uruguaya de los 60s y 70s, pero también es justo reconocer en el grupo un sólido ímpetu ecléctico, tal como pasaremos a exponer mientras describimos los detalles del disco.


‘Embajada’ abre el álbum como un breve prólogo marcado por un espíritu juguetón, ensimismado en su propio swing llamativo. Cuando emerge ‘Me Faltan Bananas’ – un título enormemente gracioso, dicho sea de paso – el cuarteto está preparado para perpetrar viajes musicales de generoso desarrollo. El grupo muestra toda la vitalidad de sus entrañas sonoras viajando plácidamente por parajes extrovertidos y otros más contenidos. Poco antes de cruzar la frontera del sexto minutos, la batería articula un solo signado por una sobria solvencia desde el cual se gesta lo que será el fabuloso clímax conclusivo de la pieza, ornamentado por traviesas líneas de saxofón. Con el tercer tema, titulado ‘Para Liquidar El Hielo’, el grupo saca buen provecho del momentum creado por el tema precedente y se mete de lleno en la elaboración de un sofisticado entramado de climas diversos. Durando poco más de 10 ¼ minutos, resulta el tema más largo del disco. Con las ágiles conexiones entre guitarra y saxo y los exuberantes grooves que se marcan desde la batería, el contrabajo asume un perfil contenido desde el cual se sostiene la columna vertebral de todo este despliegue sónico. La sección intermedia en la cual se desata el trípode de guitarra-contrabajo-batería ostenta un musculoso magnetismo, el mismo que llega a su máximo punto de elevada expresividad cuando la batería gesta otro electrizante solo mientras la guitarra está en camino de cerrar las florituras del suyo el pasaje conclusivo está marcado por el tránsito desde una melancolía otoñal hacia una expresividad estival. Sin duda, esta dupla de ‘Me Faltan Bananas’ y ‘Para Liquidar El Hielo’ conforma un cénit específico dentro del repertorio, el cual debe marcar un punto de referencia para iniciar el trayecto hacia un nuevo pico posterior, pues, en efecto, una vez hecho líquido todo el hielo, se forja un río por el cual fluye pletórico el luminoso cuarto tema del álbum, ‘Ansina’. La jovialidad grácil de este tema sirve para que el enfoque fusionesco del grupo aflore con un talante celebratorio, y justamente las partes cantadas enfatizan este factor específico.

  

El cuarteto se dispone a explorar la faceta introspectiva de su visión estética con ‘Melodías Para Ale’, un tema genuinamente conmovedor en su inspirado lirismo, el mismo que está articulado en torno al rol protagónico del clarinete. Siendo así que el groove de esta pieza es sosegado e invita a la actitud contemplativa, la fuente de inspiración de su creación (a cargo del contrabajista) está en las cadencias del folklore afro-peruano. Un detalle simpático de este tema, totalmente coherente con su atmósfera, es la inclusión de la cálida voz de una hermosa niña llamada Alina durante la breve sección cantada. La pieza homónima emerge con una especie de reforma de los aspectos más serenos de la expansiva ingeniería sonora de ‘Para Liquidar El Hielo’, aunque con una prestancia un poco más extrovertida. Cerca del final hay un vibrante pasaje humorístico donde se celebra un gol a todo pulmón: este recurso jocoso sirve para generar en la pieza una implosión expresionista cautivadora. Si el repertorio de “Cando Des’ Loco” ha de terminar a lo grande, lo tiene que hacer con un tríptico, siendo este tríptico específico el que se arma con la secuencia de ‘Remeros I’, ‘Domingo’ y ‘Remeros II’, la misma que ocupa un total de 12 minutos. La primera de estas piezas exhibe una equilibrada combinación de musculatura y sobriedad bajo una aureola de exultantes vibraciones extrovertidas. La ingeniería global del cuarteto, tan pulcra y tan sólida como siempre, apunta hacia una diafanidad refrescante, pero… ¿qué pasa cuando llegamos a la barrera de los 2 ¾ minutos? Una interrupción ejerce una disrupción decisiva que gesta una variante radical hacia un ejercicio minimalista que el oyente no espera. Es ahí cuando emerge la magia envolvente y conmovedora de ‘Domingo’, todo un canto al espíritu de reposo contemplativo ejecutado por el saxo soprano y un suave tarareo bajo el ropaje de cuarteto de cuerdas. ¿Qué más se puede decir en una situación así a menos que sea recurrir a un cliché lingüístico como es la palabra bello? Pero resulta que ésta es la palabra más adecuada; es un tema bello y con eso queda claro todo. Finalmente, tras el neuróticamente desarticulado epílogo de ‘Domingo’, ‘Remeros II’ retoma la vitalidad luminosa y urgente de la antepenúltima pieza, aludiendo así al nuevo lunes frenético que ha de suceder al domingo. Intuimos que en el concepto de ‘Remeros’ laten las perennes huellas de WEATHER REPORT y el primer RETURN TO FOREVER, aunque siempre con ese sabor folklórico del cual se apropia MELCHAKA con gracia y orgullo.


Pues bien, como conclusión debemos admitir que hemos descubierto un poco tardíamente a esta genial agrupación uruguaya, pero ciertamente es una delicia familiarizarse con su propuesta estética, ya sea más tarde o más temprano: tal es el embrujo de su propuesta ágil, atrevida y dislocada. “Cando Des’ Loco” es un síntoma claro y distinto del tipo de genialidad e inquietud creativa que late a cada momento en la vanguardia jazz-fusión-rockera de Sudamérica, un disco recomendable al 500%. MELCHAKA es un nombre a ser anotado y resaltado en nuestras agendas melómanas.


Muestras de “Cando Des’ Loco”.-
Ansina [en vivo en Espacio Prato, diciembre del 2013]: https://www.youtube.com/watch?v=r471qXorUgM


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